TIEMPO RE@L

miércoles, 14 de diciembre de 2016

EL ESTABLISHMENT NO SE RESIGNA A SU DERROTA: La CIA promueve un golpe de Estado contra Donald Trump

El pasado 9 de diciembre, The Washington Post publicó un artículo sobre un dossier secreto de la CIA en el que afirmaba sin prueba alguna de que Rusia “no sólo había intervenido en las elecciones presidenciales de EEUU, sino que había ayudado a que Donald Trump fuera elegido presidente”. En efecto, en dicho informe tendencioso señala que hackers rusos, apoyados por el gobierno de Vladimir Putin, habrían pirateado los emails de la Criminal de Guerra y fundadora de ISIS Hillary Clinton y otros altos cargos demócratas con el objetivo de “facilitar la victoria de Trump”. Este informe surgió pocas horas después de que el musulmán encubierto Barack Hussein Obama (mejor conocido como el Califa de ISIS) anunciara que había ordenado una “revisión completa” acerca de las alegaciones de que Rusia se había interferido en las elecciones norteamericanas. Todas estas burdas acusaciones sin sentido buscan arrojar dudas sobre el proceso electoral estadounidense y ha llevado a algunos analistas norteamericanos a preguntarse si se está preparando un auténtico golpe de estado contra Donald Trump. De hecho, una de las funciones de la CIA es la de preparar golpes de estado y sembrar el caos, pero hasta ahora la agencia había llevado a cabo tales actividades en países extranjeros y no en EEUU. Las alegaciones de que Rusia actuó para elegir a Trump procedieron sobre todo de la campaña de Hillary Clinton, que intentó presentar a Trump poco menos que como un “agente ruso”. La propia Clinton calificó a Trump de ser un “títere de Putin” en el debate presidencial final. Sin embargo, la CIA no había dado un paso semejante hasta ahora y el propio FBI rechazó en su día tales alegaciones. La Casa Blanca dijo también entonces que no había indicaciones de que Rusia hubiera llegado a cabo actividades maliciosas en Internet para influir en la elección estadounidense. El artículo del Washington Post deja ver que la CIA no dispone de ninguna prueba que respalden sus afirmaciones y sólo hace referencias a individuos que no son nombrados y que estarían cercanos al gobierno ruso y que podrían haber sido las fuentes de las filtraciones a WikiLeaks de los emails que mostraban actividades sospechosas o presuntamente delictivas de Hillary Clinton. WikiLeaks, por su parte, ha desmentido a través de su director, Julian Assange, que Rusia haya sido la fuente de tales filtraciones. La decisión de la CIA de pronunciarse sobre tales hechos resulta tanto más repudiable por cuanto que corresponde al FBI  la tarea de investigar los temas internos en EEUU. Sin ninguna evidencia que probara lo contrario, el FBI declaró que Rusia no había intervenido en las elecciones en favor de ningún candidato. La decisión de la CIA de filtrar el dossier al Post se debe, sin duda, a su irritación por la intención declarada de Trump de poner fin a algunas de sus actividades incluyendo algunas de apoyo encubierto al terrorismo. Uno de los puntos de divergencia de la agencia con Trump es Siria, donde la CIA ha estado apoyando las actividades de subversión dirigidas a provocar un cambio de régimen en coordinación con el corrupto régimen saudita, que tiene un largo historial de cooperación con la CIA. Trump ha prometido poner fin al programa dirigido a proporcionar armas a los terroristas sirios y dirigir la atención hacia la lucha contra ISIS. También ha prometido coordinar la lucha contra ese grupo terrorista con Rusia, un anatema para la CIA. Como sabéis, Arabia Saudita, junto con otras monarquías del Golfo Pérsico, suministró millones de dólares a la Fundación Clinton y todos estos gobiernos contaban con la victoria de Hillary y con sus promesas de provocar una escalada en la guerra para provocar un cambio de régimen en Siria y de crear una alianza anti-iraní en la región. Y todo ello para ayudar a Arabia Saudí, uno de los regímenes más despóticos y brutales del planeta, a ganar una hegemonía regional junto con Israel. Algunos analistas creen que las absurdas acusaciones contra Trump buscan también influir en su política, ya que cualquier acercamiento a Rusia o cooperación con ese país que el nuevo presidente promueva será cuestionada por los círculos políticos y mediáticos hostiles al falso apoyo ruso a su candidatura presencial. Se trataría entonces, de un acto de chantaje político. El antiguo director adjunto de la CIA, Mike Morell, que pidió recientemente el asesinato de los rusos e iraníes presentes en Siria, acusó a Trump de ser un “agente inconsciente de los rusos” y de “no ser un patriota” por el hecho de que quiera cooperar con Rusia y no demonizarla. Sin embargo, el hecho de que el Partido Demócrata, la rama belicista del Partido Republicano y los medios corporativos hayan repetido de forma sistemática estos infundíos de la CIA apunta a un objetivo más siniestro: el de presionar a los miembros del Colegio Electoral para que elijan a Clinton en lugar de a Trump pese al hecho de que la mayoría de ellos fueron elegidos precisamente para votar por este último. Un hecho tal supondría una falsificación de las elecciones y un golpe de estado abierto en EEUU. El ex analista de la CIA, Bob Baer, ha estado abogando por “unas nuevas elecciones” y John Dean, ex consejero de la Casa Blanca durante la época de Richard Nixon, ha pedido que “un informe de inteligencia sobre el papel de Rusia en las elecciones sea enviado a los 538 miembros del Colegio Electoral antes de que ellos se reúnan el 19 de Diciembre para elegir formalmente al nuevo presidente. Como podéis imaginar, la reacción del equipo de transición de Trump fue rápida. En una declaración el mismo día que apareció el artículo en el Post, el equipo señaló que “la misma gente que había afirmado que Iraq tenía armas de destrucción masiva” eran los que difundían tales patrañas sobre la “injerencia rusa” en la campaña electoral norteamericana. “Se trata de la misma gente que dijo que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. Las elecciones terminaron hace un tiempo con una de las mayores victorias en el Colegio Electoral de la historia. Ahora es tiempo de moverse hacia delante y “hacer América grande de nuevo”, dijo la declaración. Poco antes de la invasión norteamericana de Iraq, varias agencias de inteligencia de EEUU y el grupo de los sionistas que dominaron la Administración del Criminal de Guerra George W. Bush afirmaron que Iraq tenía armas de destrucción masiva. El propio Bush afirmó en su libro autobiográfico que “mientras que el mundo está indudablemente más seguro sin Saddam, la realidad es que envié a tropas norteamericanas al combate en base a unos datos de inteligencia que resultaron ser falsos” según confesó, pero el daño ya estaba hecho. Ahora la CIA repite el mismo libreto de acusar sin fundamento alguno para tratar de evitar a como de lugar que Donald Trump asuma el cargo el próximo 20 de enero ¿Se saldrán con la suya otra vez? :(
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